En el restaurante Fussimanya es donde empieza la historia de este negocio familiar que cuenta además con distintas tiendas ubicadas mayormente en la provincia de Osona dónde se venden productos de elaboración propia.

El mayor reto en este proyecto ha sido integrar una tienda dentro de este restaurante con más de 50 años de recorrido.
La armonía entre espacios ha sido la clave del éxito, mantener el tono rústico y tradicional con toques de modernidad, y sin dejar de mantener el objetivo de conseguir un espacio funcional.
El interiorismo se define por el uso de materiales como la madera, los acabados en hierro y el uso de tonos neutros.

La reforma ha constado de dos partes.
Por un lado, la adecuación de un espacio del restaurante para la nueva tienda, integrando todos los elementos necesarios para la venta del producto y mantenido la misma línea de diseño que en las demás tiendas del grupo. Además de añadir una entrada independiente del restaurante.

Por otro lado, la mejora integral del restaurante, empezando por un cambio de pavimento en todo el local. En la zona de recepción se han diseñado nuevos muebles a medida y se ha diseñado una nueva barra para el uso de los camareros desde donde se preparan las bebidas.